La salida de Jose del Real Valladolid fue dura para los aficionados blanquivioletas. A una semana para el cierre del mercado de fichajes, el Pucela se quedó sin uno de sus bienes más preciados. El jugador que destelló la temporada pasada y que esta estaba llamado a ser el guía para pelear por regresar a Primera se marchó al FC Barcelona. Imposible competir contra uno de los clubes más grandes -aunque ahora no atraviese por su mejor momento dentro de su casa-.
Pero es que la entidad blanquivioleta no puede competir económicamente con casi nadie. El club presidido por Carlos Suárez sigue remando para sostenerse en una fina cuerda. Un paso en falso podría ser fatídico. Por ello, en la venta del talaverano ha primado más lo monetario que lo deportivo.
Porque los tiempos han cambiado en Zorrilla. Ya no hay dinero para comprar 'Manuchos', 'Sesmas' y demás. Con el cinto apretado, el Real Valladolid sobrevive cada día para seguir adelante. Es entonces cuando entra la gestión de un presupuesto que cada año se ha reducido para las categorías inferiores, aunque para el primer equipo se ha venido manteniendo, más o menos, en los años más recientes, en palabras de Carlos Suárez.
Y es que en el Pucela tienen claro de dónde recortar: la cantera. Curiosamente de donde ha salido su última gran perla, el jugador que más dinero ha dejado en las arcas. Sí, Jose no ha nacido en Valladolid, pero llegó a Los Anexos en el verano de 2013, cuando todavía era juvenil. Otros, como Anuar y Toni, lo hicieron antes y podrían ser los que cogieran su testigo, pero parece que eso está lejos.
El Real Valladolid debe seguir trabajando, como lo hizo en Sevilla para lograr su temporada. Pero no solo vale lo del primer equipo. Por detrás viene el futuro de un club que apunta a ser salvado por los más jóvenes, por esas perlas de la cantera que no han parado de trabajar desde su llegada. Una lesión estuvo a punto de acabar con Jose antes de dar el salto al Promesas. El talaverano no perdió la fe y ahora jugará en una de las mejores entidades del mundo.
Cuidar y valorar a esos jugadores potenciales será clave para determinar el camino del Pucela. Los Toni, Anuar, Miguel, Apa y demás canteranos deben ser cuidados por el club, si este quiere evitar acudir a su propio entierro.