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Clásico

Menudo Panorama

Por Pedro Santa Brígida

Amnistiados y pagafantas


Reclama el todavía prófugo Puigdemont que el Estado le debe a Cataluña medio billón de euros. No me extrañaría que los acabaran cobrando, tal y como respira Pedro Sánchez y dado el cariz que está tomando la gobernanza del Reino de España. Lo peor de las demandas económicas de los independentistas es que las acabamos pagando los demás. Ocurre cada vez que sus votos son necesarios para atar el trono presidencial de Moncloa, sólo que en esta ocasión han saltado la banca porque el candidato ha tragado con todo. Será eso de hacer de la necesidad...

Sánchez tiene garantizada la reelección. Un puñado de votos le otorgan la mayoría en el Congreso y eso es lo que cuenta para mandar en este país. La pega moral (a efectos de quien la tenga) es que se presentó a las elecciones generales negando que fuera a amnistiar a los condenados, imputados y fugados del 'procés'. La Ley de Normalización Institucional, Política y Social en Cataluña es producto de la necesidad de los siete escaños del partido de Puigdemont. "Es por el interés general", dice el Gobierno en funciones. A sus palmeros, supongo.

El espíritu de la Transición agoniza. Sánchez está siendo el ejecutor, pero Zapatero fue el ideólogo de este homicidio histórico. Hace 45 años los líderes políticos españoles, independientemente de su ideología, fueron capaces de ceder en los intereses particulares de sus partidos por el bien común. Hoy ocurre todo lo contrario, cada cual mira por lo suyo, particularmente por su cartera, y los demás que se busquen la vida. El ansia de poder se impone a todo lo demás... Es lo que hemos votado los españoles, repiten por ahí.

Estoy en contra de que unos políticos indulten o aministíen a otros políticos. Suena a chanchullo entre privilegiados. No es justo con otros ciudadanos que están condenados por cualquier tipo de delito que no sea extremo. El principio de igualdad entre los españoles está a punto de saltar por los aires con esta ley. En este país, nacionalistas e independentistas -ahora sí se puede decir- son ciudadanos de primera y los demás meros pagafantas, particularmente los madrileños (que todo hay que decirlo).

Revisando el texto de la contestada ley, me admira como el PSOE ha asumido los principios más extremos del independentismo, del fugado Puigdemont, del terrorista Otegui... En la exposición de motivos, la simplificación y tergiversación de la realidad, de la historia, de lo que ocurrió entre 2012 y la actualidad, es manifiesta. Como la Cataluña engendrada en 1714. Ahora resulta que el Gobierno negocia el dinero de todos con catalanes y vascos y los demás tenemos que esperar las migajas.

En el decreto que firmó el Gobierno hace poco más de dos años sobre los indultos a los condenados por el 'procés' se recoge literamente que la amnistía no cabe en la Constitución... ¿Qué ha cambiado? ¿Qué está pasando con la división de poderes? ¿Por qué ahora la lawfare es un argumento de peso? ¿Va a supervisar, a fiscalizar, el Congreso el trabajo de los jueces a partir de ahora? ¿El Tribunal Constitucional se pronunciará con un sonoro "si, wuana"? ¿A qué vienen ahora las millonarias prevendas económicas?

Lo democracia tiene estas cosas, mientras una parte de los militantes socialistas defiende la iniciativa aunque no les guste, otros callan, balbucean, tragan o se esconden (unos pocos han entregado el carnet), algunos nos preguntamos ¿qué ha sido del histórico PSOE?, aquel partido en el que no hace tanto había debate, confrontación de ideas y de posiciones políticas e ideológicas. El socialismo defendía la igualdad de los ciudadanos. ¿Qué han hecho Sánchez y sus secuaces con el PSOE?

Cuanto lamento que quienes se autodenominan progresistas defiendan la desigualdad entre las personas, entre los territorios. Siempre ha habido en este país castas, privilegios y otros contubernios varios, pero ahora es que además me intentan convencer de que eso es lo mejor para mí. Pues va a ser que no. Me niego a ser un borrego más en el rebaño.

Con el paso de los años, comprobaremos lo buena -o no- que ha sido la amnistía para el conjunto de los españoles. Tiempo al tiempo.