Me he cogido dos días que me quedaban de "moscosos" y un par de días de vacaciones y he alquilado un arrastre de esos de llevar caballos, para guardar a Luna y marcharme con ella. Mis tíos llegaron el domingo y han visto todo en orden como siempre y limpio.
Lo primero que me dieron como todos los años fueron dos décimos de lotería que siempre traen de Benidorm, para mi madre y para mí, y tres kilos de naranjas.
Tienen el mismo color todo el año, ese color que solo tienen los jubilados de la banca. No han hecho más que llegar y ya están preparando un viaje para ver las luces de Vigo. Yo no les quiero decir nada, cada uno que se haga su composición y su gusto, pero tengo un buen amigo que conoce esa ciudad muy bien y me dice que como una ciudad tan exquisita puede tolerar esa horterada llena de luces y de ruidos sin sentido alguno.
Me lo definió muy bien: "Es como si en tu casa pones toda la ropa de verano y de invierno, lo de esquiar y lo de cazar, lo de hacer deporte y lo de ir a una boda, todo en el salón, para enseñar a los tuyos que no te falta de nada". Metí a Luna en ese hueco preparado para los equinos y tiramos para el sur.
La primera parada la hemos hecho en Cáceres. Casi una hectárea para nosotros solos, campo y otoño, un lujo. No se ha mareado en el trayecto y se ha metido al menos dos kilos de hierba fresca. Vamos a hacer parada en Sevilla. Quiero enseñarla de noche la Maestranza y la Torre del Oro. Yo hablo con ella y por los movimientos de la cabeza entiendo si está a favor o en contra de lo que la digo. Como no podía ser de otra manera le gustan los toros.
En el bar donde paré a echar gasolina estaba nuestro vicepresidente en la tele. Tenían la voz quitada, pero a este hombre no hace falta escucharle para saber que nada bueno de nadie estaría diciendo. La leo a Luna los blogs míos de cada lunes y los de Vidal Holgado de los domingos y cuando escucha los de este último siempre piensa que vaya vida más triste debe de llevar este señor que todos y cada uno de los domingos escribe siempre, pero siempre del mismo tema. Vaya úlcera de estómago debe de tener.
El dueño del restaurante donde hemos parado me ha preguntado que si necesitaba algo para el caballo, le he dicho rápidamente que no. En la tele mostraban unas imágenes de unos perros guardianes de rebaño y un alcalde decía que había sido una noticia muy dolorosa para el pueblo. La gente comía su menú del día mientras decenas de hombres llevaban heridos a niños entrando en hospitales. En las mesas se servían cafés y chupitos mientras en la tele llegaban cayucos a algún puerto de alguna isla.
Llamé a mi madre para decirla que me encontraba bien y lo primero que me ha dicho es que le ha dicho una amiga que parece que en Medina del Campo hay tifus por unos negros violentos y sin papeles que han entrado en el Balneario. Mi madre como mis tíos en las últimas elecciones votaron a VOX, así que ya están entretenidos viendo las noticias OTRA TEMPORADA.