Así es. Con la cantidad de escenas y momentos que estamos viviendo durante esta crisis sanitaria del coronavirus, creo que ya he escogido la que más me ha partido el corazón. Desde portadas de periódicos con ataúdes hasta una madre llorando a su niño perdido en el hospital, todas igual de tremendas, pero al final va en cada uno de nosotros, en nuestra cabeza, cuál de todas nos deja más impactados.
"No, tengo que poder". Creo que recordaré esas palabras el resto de mi vida. Son las de la consejera de Sanidad de la Junta de Castilla y León, Verónica Casado, recordando a seis sanitarios de la Comunidad fallecidos durante esta espantosa etapa que nos está tocando superar. Arrancó a leer. Lengua trabada y un largo trago de agua. La voz se rompe. Y mientras la persona que está a su lado le dice que pare, ella toma fuerzas y lo dice alto y claro. "No, tengo que poder".
Se trata de una frase que bien podría ponerse en boca de cualquiera de las miles de personas que lo están dando todo durante unos meses que bien podríamos tildar como los más duros del país en décadas. "No, tengo que poder". Una mirada al frente, apretando puños y dientes y adelante. Unas palabras que llevan una alta carga simbólica. Por toda la gente que está muriendo en hospitales, residencias y en domicilios propios.
No hemos escogido esta situación. Esto hace todavía más dramático todo. Cuando uno decide enfrentarse a un reto asume que está preparado, se lanza pensando que va a poder. Y por eso esta crisis es todavía más heroica para todos aquellos que la estamos superando. Nadie nos avisó de lo que venía, de lo duro que iba a ser todo. A veces la vida, nuestro día a día, puede llegar a ser terriblemente cruel. ¿Pero saben qué? Sí, tenemos que poder.
P.D. El momento en el que Verónica Casado recuerda a los fallecidos.