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Clásico

Desde mi Tribuna

Por Juan Postigo Vergel

Nunca nadie pudo volar


Qué quieren que les diga, vaya 2020 más raro. Estos días de morriña, nostalgia y recuerdos no he podido evitar mirar, casi sin querer gracias a las redes sociales, algunas de las felicitaciones del año pasado. Y qué jodidamente extraño se me hace ver aquello de "que tengáis un feliz 2020". A día de hoy parece una alucinación, casi una broma de mal gusto. Pero es lógico. Nadie podía imaginarse esto en las pasadas navidades y lo lógico es ese deseo de alegría y buenos momentos.

 

Aquí llega la parte catastrofista. ¿Se imagina que 2021 fuera peor? No me tomen por un pesimista empedernido, al contrario. Lo que quiero decirle con esto es que ahora mismo somos totalmente inconscientes respecto a lo que nos espera para este Año Nuevo, y por eso merece la pena disfrutar cada momento y vivirlo de manera intensa, siendo conscientes de ello.

 

Vuelvo al lado catastrofista. ¿Se imagina que el coronavirus mutara de tal forma que las vacunas actuales no valieran? ¿Que esta agonía en forma de crisis económica y social se prolongara de forma indefinida? Ahora mismo lo que sabemos es que la campaña de vacunación ya está aquí y esto nos hace ver las cosas con un aire positivo, pero nunca sabemos a ciencia cierta lo que nos depara el futuro.

 

Por eso viva, haga lo que le haga feliz. Sea lo que sea. Cuando no tenga motivos de preocupación, haga por disfrutar esos momentos y, repito, ser consciente de ello. Paladee esos instantes. Porque no sabemos lo que nos espera en una semana, en un mes o en tres. Por desgracia, la felicidad no siempre depende de nosotros mismos, hay muchos elementos externos que nos condicionan. Así que pruebe a exprimirla cada vez que la note cerca.

 

P.D. Videoclip de 'Nunca nadie pudo volar', de La Casa Azul