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De mal gusto

Por Miguel Ángel Fernández.

La persistente batalla de la moda por visibilizar el colectivo LGTBI


Junio es el mes del Orgullo. Este viernes, 28 de junio, se conmemora el aniversario de los disturbios de Stonewall, un bar gay de la ciudad de Nueva York en la que tuvo lugar una redada policial que desembocó en el movimiento LGTBI que hoy conocemos. Tras ese momento, el sexto mes del año se convirtió en el mes por antonomasia para celebrar y reivindicar la diversidad.

Cada año, las empresas y multinacionales se unen a esta lucha por la igualdad, adoptando la bandera del arcoíris. Aunque, por lo general, se es muy crítico por la hipocresía que muchos demuestran, la industria de la moda participa en esta campaña de corazón. No se trata de vender más, se trata de seguir con la incansable batalla por el colectivo en la que ha acompañado a sus protagonistas desde el inicio de su historia.

La escritora y filósofa Simone de Beauvoir se adelantó dos décadas a explicar la base de lo que hoy significa pertenecer a este colectivo, algo que ella misma desconocía cuando lo dijo. En 1949 publicó uno de sus libros más importantes llamado 'Le Deuxième Sexe'. En él, no sólo habla de la opresión del sexo femenino, si no que da un paso más, demostrando que los roles atribuidos a mujeres y hombres no tienen que ver con la biología, si no con las construcciones sociales. 

En la moda, los roles de los que Beauvoir habla, han calado tan hondo, que la idea de que el "azul es para los niños" y el "rosa para las niñas" se ha convertido en un mantra para la sociedad. Pero, a pesar de la fuerza que tienen esta y otras ideas, numerosos diseñadores y marcas de moda se empeñan día a día por romper con lo establecido.

Proviene del término anglosajón genderless y, sencillamente, promueve una actitud; vestir con lo que mejor se encuentre uno mismo y quemar las instrucciones masculino-femenino que se nos otorgan nada más nacer.

Coco Chanel en el siglo XX, ya aportó su pequeño grano de arena en sus colecciones con la evolución de falda a pantalón para las mujeres y la eliminación del corséprenda con siglos de historia que podía llegar a ser realmente incómoda.

Si bien el precursor de éste término se le adjudica a Rad Hourani, diseñador de moda de origen jordano, se trata del primero que se atrevió a llevar a las pasarelas una industria unisex, sin distinción entre hombres y mujeres. "No entiendo quién decide que un hombre debe vestirse de manera diferente a una mujer y todas las limitaciones que tenemos en la vida como la religión o la nación. Mis prendas son neutras, pueden ser usadas por cualquier tipo de género".

La moda siempre ha sido una aliada más. Siempre ha remado a favor de la lucha y de las personas que integran este colectivo. Las pasarelas están llenas de inclusividad y las musas de los diseñadores, en múltiples oportunidades, han sido personas andróginas. 

Ahora, los sucesores de estos visionarios están al frente de firmas como Calvin Klein, Ralph Lauren o Guess y lanzan colecciones cápsula con temática del Orgullo que no solo visibilizan la causa sino que revalidad el compromiso de la industria con esta lucha incansable.