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Ilusionados por la política

Por Félix de la Fuente

¿Será necesaria una tercera guerra mundial para que nuestros políticos reaccionen?


"Los europeos no saben vivir si no van lanzados en una gran empresa unitiva. Cuando ésta falta, se envilecen, se aflojan, se les descoyunta el alma". Han pasado 95 años desde que Ortega y Gasset dijera estas palabras en su libro" La Rebelión de las masas". Sus palabras, como las de tantos otros defensores de una auténtica integración europea, entre ellos Coudenhove-Kalergi, a quienes generalmente calificamos de "utópicos", cayeron en vacío, «Creo que entre los pueblos que están geográficamente agrupados, como los pueblos de Europa, debe existir un vínculo federal" Aristide de Briand, 1926 ante la Asamblea de la Sociedad de Naciones). Y vino la segunda guerra mundial, con millones de muertos y muchos más millones de hogares destrozados. Este fue gran trofeo los no-utópicos, de los realistas. Europa se había "envilecido".

Pero apenas ésta se levantó de sus cenizas, los políticos reaccionaron positivamente. Europa no podía seguir así. Nuevamente cobraron realidad las palabras de Ortega y de Coudenhove-Kalergi, el autor de Pan-Europa y fundador del movimiento paneuropeo.  Unos 800 delegados del Movimiento europeo, entre los que se encontraba Joaquín Ruiz Giménez, el primer y único verdadero defensor del pueblo español, se reúnen en la Haya en mayo de 1948, en la Sala de los caballeros (Ridderzaal).

Decisión unánime de los allí presentes: "hay que llegar a una Unión Europea", a una Europa confederal, dice Churchill y los partidarios de que los Estados no pierdan ni una pizca de soberanía, o una Europa Federal, en la que los Estados miembros vayan pasando su soberanía a la Unión Europea. Este último modelo es el que defienden Adenauer, Spaak y sobre todo Robert Schuman y Jean Monnet, Resultado: nace el Consejo de Europa, como modelo confederal, y Schuman se apresura a hacer su declaración y crear la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, es decir el modelo federal.

El Consejo de Europa, modelo confederal, a pesar de sus aspectos positivos --Convenio Europeo para la protección de Derechos humanos y Tribunal europeo de Derechos Humanos-, no ha dado ni siquiera un paso en cuanto a la integración de los ciudadanos europeos se refiere. El modelo federal, ha ido avanzando lentamente -demasiado lentamente- a través de los sucesivos tratados, sobre todo en sus primeros tiempos, pero prácticamente lleva dos décadas estancado. Se ha logrado un mercado interior, comúnmente llamado mercado único, es decir se ha avanzado mucho en la integración comercial, financiera y de servicios, pero muy poco en la integración de los ciudadanos. Los campos de seguridad y defensa se los han reservado los Gobiernos nacionales y en ellos la integración no ha avanzado nada. En estos campos se colabora, es verdad, pero las decisiones y la única palabra la tienen los gobiernos de los Estados miembros.

 

Mientras no haya unas instituciones que en todos los campos estén por encima de los gobiernos nacionales, no habrá una verdadera integración, y la ciudadanía europea seguirá siendo papel mojado.

 

Es curioso que, según las últimas estadísticas de Eurostat más de un 80% de los españoles y un 75% de los ciudadanos de otros países miembros estén a favor de una política de seguridad y defensa común, de una política energética común, de una política comercial común y de una política exterior común. ¿A qué esperan por tanto nuestros políticos? ¿Cuándo van a renunciar a sus privilegios por bien de sus ciudadanos? ¿Cuándo van a ceder a las instituciones eso que ellos llaman soberanía nacional pero que en realidad se reduce únicamente a la posibilidad a asfixiar con impuestos a sus ciudadanos? ¿Tendrá que venir una tercera guerra mundial?   Qué pena la Europa que podríamos haber dejado a nuestros hijos y la Europa que les vamos a dejar.